Mala nota para Italia
5 de octubre de 2011Publicidad
Ni uno ni dos, la agencia de rating Moody’s ha bajado la calificación de Italia colocándolo tres niveles más abajo del que había ocupado hasta ahora en su escala de riesgo crediticio, que consta de veintidós grados y va desde AAA, la mejor nota, hasta C, calificación atribuida a las economías que colapsan totalmente.
El país descendió del nivel Aa2, el tercero más alto, al A2, el sexto en la jerarquía de Moody’s. En la escala de Fitch Ratings, que pertenece al trío de agencias de clasificación crediticia más influyentes, Italia sigue figurando en el cuatro lugar (nivel AA-), pero Standard & Poor’s ya lo había colocado en el sexto lugar de la suya en septiembre.
La noticia no sorprende en Italia
La vaguedad y aparente arbitrariedad de esos argumentos ha llevado a comparar la actuación de las agencias de rating con las de un fornido buscapleitos que apalea a su víctima y se burla de su aspecto magullado, para luego amenazarla con seguir maltratándola.
Sin embargo, pocas horas después de que se dio a conocer la noticia, el propio Berlusconi dijo que ya se contaba con esa moción, que la calificación recién obtenida por Italia no era una sorpresa.
“El Gobierno trabaja con afán para sanear las finanzas del Estado”, reza un segmento de la declaración escrita hecha en Roma. Según Berlusconi, las políticas financieras acordadas por Italia y la Comisión Europea para reducir el gasto público en 54 mil millones de euros ya se han implementado y se espera que el país vuelva a tener un presupuesto equilibrado en 2013. No obstante, la coalición de Gobierno todavía discute cómo aplicar ciertas medidas.
Las Bolsas de valores reaccionan con serenidad
Pese a todo, la Bolsa de valores de Milán ha reaccionado con serenidad: los costos de la deuda soberana italiana a diez años no se movieron del 5,5 por ciento, el nivel que han tenido desde hace varias semanas. Al parecer, también los corredores de bolsa daban por sentado que la calificación de riesgo crediticio de Italia empeoraría.
El peligro de que Italia no pueda pagarle a sus acreedores no es inminente, a juicio de los analistas de Moody’s. Pero si surgen dudas a largo plazo sobre la disponibilidad de fuentes de financiamiento externo, la calificación de Italia puede descender aún más en su escala.
Al contrario de Grecia, el problema principal de Italia no es su actual déficit fiscal –que este año es de 3,8 por ciento y en 2013 debe bajar a cero–, sino el volumen total de sus deudas: 1,9 billones de euros. Esa suma equivale al 120 por ciento de su rendimiento económico anual. Grecia e Italia son los países de la Eurozona con las mayores deudas.
El Gobierno de Berlusconi está bajo presión
Pero el BCE no quiere ni tiene permitido mantener esos cursos por mucho tiempo. Esa tarea debe ser asumida lo antes posible por el ampliado Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF), lo cual convertiría a Italia en el próximo beneficiario del paquete de rescate europeo.
De ahí que, desde agosto, el jefe saliente del BCE, el francés Jean-Claude Trichet, y su sucesor, el italiano Mario Draghi, vengan presionando a Berlusconi para que sanee las finanzas del Estado.
Para “il Cavaliere”, como apodan al presidente del Consejo de Ministros de Italia, mantener unida a la coalición que apuntala a su Gobierno ya es una tarea bastante complicada. La mala nota que le acaba de atribuir Moody’s lo que hace es dificultar aún más su papel de timonel, acosado como está por protestas contra sus medidas de austeridad y su estilo de mando, así como por varios procesos judiciales.
Autores: Bernd Riegert / Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López
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